Debido a su alta reactividad
e inestabilidad, el ozono no persiste en el ambiente, puesto que todo el ozono
que no se ha consumido rápidamente por contacto en la oxidación de compuestos
orgánicos, se descompone rápidamente en oxígeno. Esto hace al ozono perfecto
como desinfectante al no necesitar de aclarado final. Como no persiste, el ozono no requiere ningún
sistema especial de eliminación tras su aplicación.
El ozono tiene otras aplicaciones muy útiles. El ozono es altamente reactivo cuando está disuelto en agua, manteniendo un pH neutro y por tanto no-corrosivo. El ozono reacciona con el hierro y el manganeso disueltos, precipitando ambos cationes para una fácil eliminación.
En comparación con el agua caliente o el vapor, sus principales desinfectantes rivales en los lagares, el ozono mucho menos costoso de producir y mucho más seguro de utilizar. El cambio a la desinfección por ozono puede reducir más de un 50 % el uso de agua caliente en las bodegas.
Más aún, el ozono no es dañino para el acero inoxidable ni para la mayoría de los plásticos, juntas y sellantes como el Vitón®, la silicona, el Teflón®, el Kynar®, y el caucho sintético EDPM. El empleo correcto del ozono es más seguro que el uso del SO2 o el vapor.
No existen almacenamiento, manipulación o requisitos de empleo para el ozono.
En resumen, el ozono ofrece una gran cantidad de beneficios en su utilización como desinfectante para las bodegas por su:- rapidez,
- efectividad
- respeto al medio ambiente
- no dejar residuos ni tener efectos residuales
- no necesitar aclarados
- sostenibilidad.